La comunicación en un jefe de equipo

Comunicación efectiva: el reto de los líderes de grandes marcas

Un buen líder se caracteriza por poseer cualidades y habilidades de comunicación efectivas, ya que, constantemente, debe estar en contacto con su equipo de trabajo para construir una marca exitosa con unos cimientos fuertes y estables.

Parece fácil ser un buen comunicador, pero nada más lejos de la realidad. No es nada sencillo.

Cierto es que no todas las personas poseemos las mismas habilidades comunicativas. Sin entrar a debatir sobre si estas habilidades son innatas o no, lo cierto es que se pueden aprender, desarrollar y perfeccionar. 

De tal forma que, si somos responsables de un equipo de talentos, debemos trabajar nuestras habilidades comunicativas, no solo para transmitir, guiar y acompañar en sus tareas, sino también para planificar, coordinar, apoyar, desarrollar y motivar a las personas que forman parte de nuestros equipos. 

Así que, como líder de ellos que eres, te presentamos qué conlleva unas buenas habilidades de comunicación y qué consejos puedes tener en cuenta para mejorarlas.

Las mejores habilidades comunicativas en el entorno laboral

Son muchas las habilidades comunicativas que podemos encontrar en el mundo laboral, sin embargo, existen habilidades que son los pilares de una buena comunicación:

• La escucha activa: Escuchar con atención e interés en lo que nos están contando es una herramienta clave en la comunicación y, en muchas ocasiones, es más importante escuchar que hablar, ganándote así la confianza de tu equipo. No olvides fijarte en el lenguaje no verbal de tu interlocutor, porque obtendrás información adicional muy valiosa. Además, de esta manera, conocerás mejor qué espera nuestro personal de nosotros como líderes, lo cual nos ayudará a crecer y a mejorar, personal y laboralmente, construyendo relaciones de calidad.
• La empatía: Una habilidad comunicativa que sin duda, nos ayuda a conectar con las personas que nos rodean. Como responsable de equipo, tienes que ponerte en la “piel” del que te habla.  Conocer sus motivaciones, miedos, expectativas, situación concreta, etc, te permitirá utilizar el mensaje adecuado en ese momento y transmitir que estás a su lado para ayudar, resolver o guiar adecuadamente.
• La asertividad: Una habilidad de oro. En muchas ocasiones tendrás que exponer tu punto de vista sabiendo que no será, mayoritariamente, aceptado o comprendido. También, en algún momento, tendrás que presentar una queja o defender un derecho. Ser una persona asertiva te permite defender tu propia opinión o tus propias ideas, pero también teniendo en cuenta y respetando las ajenas .

Prácticas comunicativas de un buen jefe de equipo

Una vez más, teniendo conocimientos teóricos sobre toda aquella información relevante respecto a las habilidades comunicativas primordiales en las que debemos focalizarnos, vamos a ir a la práctica, la cual es importante llevar a cabo de manera correcta.

Por ello, vamos a analizar qué prácticas comunicativas puedes instaurar como líder de un equipo:

• Feedback: Preguntar e interesarse por la opinión, emociones y sentimientos de tus colaboradores es clave para iniciar una comunicación fluida con ellos.  Necesitan ser escuchados y tú, como responsable de equipo, debes aplicar la escucha activa para obtener información imprescindible. El feedback es una herramienta imprescindible en la comunicación interna.  Es primordial que les realices valoraciones, donde el trabajo sea reconocido y donde puedas brindarles ideas para su crecimiento profesional. Para ello, puedes aplicar lo que se conoce como la técnica del sandwich, enfocando así las críticas de manera constructiva. Por ejemplo, una vez al trimestre puedes organizar una reunión para compartir puntos de vista sobre tu marca y sobre cómo se siente ellos por formar parte de ella. 

• Haz preguntas claves: Enfócate en lo realmente importante. Evita divagar sobre temas que al final no aportan nada. Es decir, céntrate en lo que quieres saber, en lo imprescindible.

• Sé el ejemplo a seguir. Como buen líder de equipo debemos predicar con el ejemplo. Es decir, no puedes pedir a tu equipo que mantengan una actitud positiva si tú no lo haces o pedirles que su rendimiento sea más alto si no les das herramientas para que lo hagan.  Tu actitud y tus habilidades de liderazgo influyen en la motivación y el compromiso de tu equipo. Convertirte en una referencia lleva su tiempo, pero sin duda alguna, te proporcionará alcanzar objetivos más fácilmente.